viernes, 21 de noviembre de 2014

BREVE HISTORIA DEL TRABAJO

BREVE HISTORIA DEL TRABAJO

Una pregunta que seguramente ha rondado por nuestras cabezas… ¿Desde cuándo comenzó a existir el trabajo?


A lo largo de la historia, el ser humano se ha propuesto alcanzar  metas para satisfacer sus necesidades, y no hay una llegada a la meta si primero no hay un trabajo por ello, y qué es sino, aportar de nuestro esfuerzo y conocimientos para lograr lo que deseamos. Lo que difiere según las épocas es la manera en la que el TRABAJO ESTÁ ORGANIZADO y la forma en que se REPARTE EL PRODUCTO del mismo.

En la prehistoria, los primeros humanos obtenían los medios necesarios para subsistir en base a la recolección de frutos. A medida que fueron desarrollando sus conocimientos crearon herramientas más complejas,  y descubrieron el fuego. En este momento, cuando el hombre pasa de recolector a cazador, es cuando se produce una importante división social del trabajo: la asignación de funciones según la condición sexual y la edad. Mientras los hombres salían a cazar, las mujeres y los impedidos físicamente quedaban a cargo de los niños y el fuego, creando el primer grupo social: la familia, donde el conjunto de estas congregaba alrededor del fuego y establecían vínculos entre sí. Posteriormente, se dedicaron a la cosecha de las tierras, cambiando su forma de vida para asentarse en un lugar y dedicarse a la agricultura; así se formaron las primeras aldeas y se inventaron instrumentos para facilitar su labor

Aún así, se cree que las primeras configuraciones laborales comenzaron con la “economía de subsistencia”, que quiere decir que se produce sólo lo que se consume; ya en la organización feudal, la producción se reparte entre el dueño de las tierras (que se queda con la producción de 6 días de la semana), y el siervo (que obtiene la producción de tan sólo un día). Posteriormente, con las ciudades (burgos) aparecen los artesanos, que enseñaban el oficio a jóvenes aprendices en sus talleres, ellos poseen el poder de negociación, definen la forma de su trabajo, y además conocen el proceso de todo el producto. Esto nos dice que es privado (secreto) y heredado. Sin embargo, entre los talleres y las primeras fábricas, aparece la producción puesta afuera, que consiste en que los artesanos que saben de su oficio, y no tienen la capacidad económica para montar un taller, son contratados por otro que posee el capital. A esto se le llamo “intermediario”, aquel que por el poder que le confiere el capital se transforma en negociador entre quien compra algo y el que lo produce.
La siguiente forma de organización fue la manufactura, que reúne varios artesanos cada uno con el conocimiento completo de su profesión, dominan un oficio específico;  y se los pasa a llamar oficiales.  Ellos pierden el poder de negociar las condiciones de su trabajo. A finales del S. XVIII con la Revolución Industrial surgen las grandes máquinas para realizar los trabajos, y junto con ellas, las fábricas. Así nace el “capitalismo industrial”, donde el capitalista tiene suficiente dinero como para contratar muchos obreros al mismo tiempo, y aumentar la acumulación de capital a costas del trabajo de los obreros que son explotados. Los oficiales pasan a formar parte de corporaciones de oficio, inicio de los futuros sindicatos.
A mediados del S.XIX en Estados Unidos, impulsado por su autor Federico Taylor, surge el “modelo de producción taylorista”. Sostenía que todo ser humano es vago y era posible aumentar su eficiencia mediante el estudio científico del trabajo, orientado a eliminar tiempos muertos y movimientos inútiles del trabajador; concluyendo que la única motivación del trabajador era el dinero. A esta metodología se la llamó OCT (Organización Científica del Trabajo). Se parcela el saber obrero, lo que quiere decir que se abre la puerta al mercado laboral a trabajadores con escasa calificación, que realizan una pequeña porción del trabajo, por lo que no requieren de todos los conocimientos, ni tampoco conocer todo el proceso de trabajo.
Henry Ford, con su fábrica de automotores, llevó estos conceptos más allá de la fábrica, porque entendía que la manera de organizar el trabajo debe sustentarse y expandirse a nivel de toda la sociedad, a través de un sistema de relaciones sociales que implicara nuevas bases para incentivar el consumo y la producción. Ideó la existencia de hospitales y escuelas dentro de las fábricas, y colocó casas para sus trabajadores cerca de la misma. Con la producción en cadena de montaje, termina el último rincón de control del trabajador sobre el proceso productivo. Ya no es el hombre el que se moviliza sino el objeto a una velocidad fijada, a la cual el hombre no tiene más remedio que adaptarse e ir ensamblando partes de manera mecánica. Significó aumentos de salario significativos, vivienda, control sanitario y mejora en sus calificaciones, sin embargo el capitalista es considerablemente mayor que el del trabajador. El pleno empleo asegura la producción, el consumo y así aumento de salarios, es un círculo en espiral. Generar  trabajo es responsabilidad de las empresas y el capital privado, pero el tercer actor es el Estado que será quien regule y sancione leyes para institucionalizar esta forma de organización, conociéndoselo como Estado Bienestar.
Hoy en día cambio el mundo del trabajo y la configuración social.  Se pasó a fomentar el consumo selectivo. El capitalismo como modelo triunfante prácticamente a nivel mundial impone las reglas de juego en el mercado. El poder de negociación existe pero se debilita, la flexibilidad los condiciona. Es público, por obtenemos información  de todo, sin embargo el control es excesivo y muchas veces limita la creatividad.  Todo pasa a ser privatizado, agudizado por las múltiples dictaduras militares. El trabajo es un bien escaso y la mano de obra es excesiva para la oferta, sin embargo en este ínterin los sindicatos recobran valor para hacer oír la voz de los trabajadores. 

El trabajo no ha de desaparecer en tanto el hombre no desaparezca. Gracias a este el ser humano se diferencia de otros seres, aportándole la creatividad de él mismo. Dignifica y transforma, es decir que crea, no sólo bienes y servicios, sino que produce cambios en uno mismo, todos tenemos derecho de conocer el producto terminado, nos valoriza y motiva, podremos saber si nos sentimos reflejados. El trabajo dejaría de ser visto como un problema humano si cada hombre pudiera desarrollar un trabajo que le de valoración y que siga por su vocación.

LOS DESAFÍOS SERÁN QUE CADA TRABAJADOR ENTIENDA LA IMPORTANCIA DE SU FUNCIÓN, LA COMPRENSIÓN DEL PROCESO PRODUCTIVO PARA INVOLUCRARSE CON LO QUE HACEN Y ENTIENDA CÓMO FUNCIONA EL MUNDO EN EL QUE ESTÁN POSICIONADOS.








Durante 2010, dieciocho jóvenes trabajadores chinos se arrojaron por las ventanas de los dormitorios de las fábricas de la multinacional taiwanesa Foxconn en China. Algunos perdieron la vida, otros quedaron lisiados para siempre. Esta ola de suicidios llamo la atención mundial sobre las condiciones extremas de explotación de trabajo en esta gigantesca empresa que emplea a más de 1.500.000 obreros en el mundo de los cuales el 80% son chinos, pero Foxconn esconde tras su nombre a otra famosa compañía, para la cual trabaja fabricando los componentes de sus productos de alta tecnología que cuentan con millones de consumidores fanatizados: Apple, la marca del muy publicitado CEO Steve Jobs. Este trabajo desnuda la relación entre ambas compañías. 
La ejecución es la integración de velocidad, exactitud y precisión.
Fuera del laboratorio, no hay alta tecnología, sólo la aplicación de la disciplina.
Crecimiento, tu nombre es sufrir.
Citas del CEO de Foxconn, Terry Gou.146

Morir por un Iphone. Apple, Foxconn y las Luchas de los Trabajadores en China
Este trabajo, cuyos autores forman parte de un equipo de sociólogos laborales de China continental, Hong Kong y Taiwán que investigó sobre este caso durante cuatro años, no es solo una denuncia de las condiciones de trabajo y los padecimientos que llevaron a los suicidios de los trabajadores, sino un análisis riguroso que muestra cómo funciona el capitalismo globalizado de nuestro tiempo. Este libro abre una ventana hacia las vidas y la lucha de más de un millón de trabajadores chinos que producen muchos de los productos de marca de nuestra época. Una nueva generación de migrantes rurales, nacida en la China post socialista de los ochenta y los noventa, ha crecido. En este libro, nos cuentan sus anhelos de un futuro mejor, y su pelea por un trabajo decente y por la dignidad humana.
Escrita por: Pun Ngai, Jenny Chan, Mark Selden

Fecha de publicación: 10/27/2014



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